sábado, 24 de octubre de 2009


EL LADO DE ADENTRO DE UNO.

Entonces el lunes comienza una nueva etapa. Y como alguno dijo, ingresaré con suerte a la tercera edad, sin haberme enterado de mi ingreso y fugaz ( o no tanto) paso por la segunda. Porque cuando se comienza con los toqueteos internos del cuerpo, es la tercera edad. Y ni hablar cuando, como en este caso, el médico va a meterse al corazón mesmo, lugar que siempre tuvo restringido el ingreso a familiares cercanos, amigos y un montón de damicelas. Es más, creo que el galeno, tendrá que sortear bastante gente a la hora de querer ver el corazón solamente. Y comienzan las dudas.. ¿que pasará con los afectos luego de la intervención? quedarán ahí, o los eliminarán junto con el sarro que obstruía las cañerías?. Es más, ¿no estarían las coronarias saturadas de afecto y éste doctor apelando a su ciencia lo va a eliminar?

Otra duda importante es saber, de ahora en mas donde acumularé mis afectos, para no tapar nada. ¿me volveré un insensible?

¿El temor que tengo, será por los afectos o por el bisturí?

Bueno, habrá que ponerse en manos de la ciencia, rogar que si me duermen, sólo me destapen las coronarias, y hacer como cuando uno va a refaccionar una parte de la casa, que la desocupa momentáneamente mientras dure el arreglo, pero no tira nada de lo que allí estaba. Incluso por ahí a veces en esos traslados se descubre algo que creía perdido, ¿quién dice que no me pase con algún afecto lo mismo?.

Entonces queridos todos, momentáneamente los voy a acomodar entre el alma y la memoria, y espero meter los del recuerdo ahí también, hasta tanto tenga nuevamente desocupado el corazón.

"Sepan disculpar las molestias ocasionadas, pero estamos trabajando para su mayor comodidad."