jueves, 12 de noviembre de 2009

LA CASA ESTÁ EN ORDEN


Y finalmente la obstrucción de la coronaria, se eliminó. Era como suponía nomás: El amor no se pierde, solo muta, cambia de sitio, se muda, pero en algún lugar está, a veces bien a la vista, otras medio escondido, pero se queda,siempre está. Y en este caso, el inconveniente fue que una cantidad de afectos discontinuados, temiendo el olvido, quisieron hacer notar sus reclamos e hicieron un importante piquete; ahí nomás, a la salida del corazón y (cual microcentro porteño), taparon el 70 % de una arteria. Así que no hubo mas remedio que mandar un grupo de elite a poner todo en condiciones, y liberar nuevamente la circulación (nunca mejor utilizado el término).
Una vez pasado todo, interesante a la vez que divertida fue la diferencia entre las dos o tres recomendaciones que me hicieron a futuro, contra la devolución de mil preguntas y dudas, sobre como iba a ser el post operatorio y el futoro en sí mismo. Preguntas que si bien muchas son recurrentes en la mayoría de los que pasamos por ésto, no dejan de ser bastante cómicas. Porque puesto a mirarlo a la distancia, le consulté si podía hacer todas las cosas, en calidad y cantidad, que jamás hago o hice. Incluso creo que la mayoría, eran más una expresión de deseo, que alguna remota posibilidad de que cumpliese semejantes proezas deportivas, sexuales anque, cuasi acrobáticas, algunas.(imaginen lo que quieran). Mas, la ciencia que jamás descansa, tiene previstas respuestas convincentes hasta para los idiotas, así que me volví a casa re-conforme, y con una espectativa bárbara, que como es de preveer ya se me irá pasando.(me refiero a la espectativa, no a la idiotez)
Pero bueno, agradezco profundamente al Árbitro Supremo, que vió la igualdad, y decidió ir al alargue. Y si me esfuerzo y aún en éste, consigo mantener el empate con la vida, todavía me quedan los penales.
Muchas gracias
Pirincho