domingo, 31 de octubre de 2010

LOS SESENTA EN EL SIGLO XXI (o Sangrando por la Herida)




Si miramos con cuidado podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene alrededor de sesenta años. Es una generación que ha pateado fuera del idioma la palabra "sexagenario", porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales el hecho de envejecer.
Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la "adolescencia", que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del siglo veinte para dar identidad a una masa de niños desbordados en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.
Este nuevo grupo humano que hoy ronda los sesenta, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria. Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura rioplatense le dio durante décadas al concepto del trabajo. Lejos de las tristes oficinas de J.C. Onetti o Roberto Arlt, esta gente buscó y encontró hace mucho la actividad que más le gustaba y se ganó la vida con eso. Supuestamente debe de ser por esto que se sienten plenos...algunos ni sueñan con jubilarse.
Dentro de ese universo de personas saludables, curiosas y activas, la mujer tiene un papel rutilante. Esta mujer pudo sobrevivir a la borrachera de poder que le dio el feminismo y en determinado momento de su juventud en el que los cambios eran tantos, pudo detenerse a reflexionar qué quería en realidad. Algunas se fueron a vivir solas, otras estudiaron carreras, otras eligieron tener hijos, otras fueron periodistas, atletas, o crearon su propio "YO S.A.". Pero cada una hizo su voluntad.
Reconozcamos que no fue un asunto fácil y todavía lo van diseñando cotidianamente. Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de sesenta maneja la compu como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escribe, y se ve, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar con sus amigos y les escriben en e-mail sus ideas y vivencias.
Por lo general están satisfechas de su estado civil y si no lo están, no se conforman y procuran cambiarlo. Raramente se deshacen en un llanto sentimental. A diferencia de los jóvenes; ellos conocen y ponderan todos los riesgos. Nadie se pone a llorar cuando pierde: sólo reflexiona y toma nota, a lo sumo.
La gente grande comparte la devoción por la juventud y sus formas superlativas, casi insolentes de belleza, pero no se sienten en retirada. Compiten de otra forma, cultivan su propio estilo...Ellos no envidian la apariencia de jóvenes astros del deporte, o de los que lucen un traje Armani, ni ellas sueñan con tener la figura tuneada de una vedette. En lugar de eso saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia.
Hoy la gente de 60, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, por que la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben.
La gente de 60 de hoy, celebra el sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo...Quizás, por alguna razón secreta que sólo saben y sabrán los de sesenta en el siglo XXI.

martes, 19 de octubre de 2010

SESO EXPLÍCITO


La vida de los que peinamos canas (y  de los que ya no peinan "NI" canas), nos va poniendo ante situaciones y cambios, cada vez mas grandes, pero por sobre todas las cosas cada vez más rápidos. En lapsos, que para la historia de la humanidad son minúsculos, hemos recorrido distancias que me parecen gigantes. Obviamente no pretendo en estos breves párrafos, zambullirme a nadar en tanto mar de modificaciones, porque sería cosa de nunca acabar . Sólo trataré de detenerme en algunas cosas que me han llamado la atención y me han movido a comentario.      Vale aclarar que no hay aquí ningún juicio de valor (aunque sí lo hay), y mucho menos poner en tela de juicio cual de estos cambios es evolución o involución (aunque sí lo piense).    Y los que tenemos medio siglo encima por lo menos, lo vimos todo. Iba a decir lo VIVIMOS todo, pero mentiría, Hay cosas que nos pasaron por arriba, sin decir agua va, y ni siquiera las llegamos a vivir. Un día fueron parte de nuestra vida. Ahí está, uselo y si tiene un problema consulte al 0800 GERONTE, o a la página web, http://www.dondemeparoparanomolestar.com.ar/.

Hemos pasado, en poquísimo tiempo, de comentar entre dientes con la vecina, sobre la supuesta inclinación sexual de fulano o fulana, a transmitir casi en cadena nacional casamientos gay, con besito entre los novios o novias, lanzamiento del ramo, y todo esto casi sin ninguna escala intermedia.
Abandonamos las tiras de TV, que nos atrapaban una hora al menos frente al televisor, aún con lo previsibles que eran. Porque El Increíble Hulk, estábamos seguros que en algún momento se iba a seguir poniendo verde y rompiendo camisas; o el bendito manco de El Fugitivo, continuaría sin aparecer, y tantas otras de ellas que nos desconectaban del Stress, que no estoy muy seguro que existiera.
Claro, Ud dirá que eso era enlatado y extranjerizante. Si, ´ta bien; pero y qué me dice de los teleteatros interminaaables. ¡Esos si que eran conflictos!!! No por lo terribles, sino porque eran menos enroscados y casi todos intuíamos la solución del mismo, en el primer capítulo, pero lo que queríamos saber, no era el final,,¡¡ sino el desarrollo!!! ¿Me sigue?  Era como nuestras vidas, donde lo más importante no es la llegada sino el trayecto...
 Por supuesto que a nadie le importaba la cantidad de Km recorridos que tenía el taxi de Rolando Rivas sin un mísero cambio de aceite; si el colectivo de Un Mundo de 20 asientos, cumplía con la VTV, si Rosa de Lejos, podía hacer un vestido mejor que algún modisto famoso, o cual era el estudio de abogados mediático que le iba a hacer juicio a Arnaldo André, por violencia doméstica y de género....
Pusimos en ridículo, en no muchos años, a toda la tecnología que nos deslumbraba de Batman, o Viaje al Fondo del Mar. Ni les cuento del agente de Cipol. Hoy Illia Kuriaki y Napoleón Solo, se quedarían embobados delante del más sencillo de los Nokia.
Cambiaron sideralmente, además de la electrónica y la mecánica, las ciudades, los comercios, los juegos, las comidas, el trato entre la gente, las enfermedades y su tratamiento, todo.
 Es que pasamos a vivir en un mundo urgente, y  explícito.  Sobre todo ésto último.
 Hoy el humor picaresco, o el sexo insinuado son cosas que no le mueven la aguja de la temperatura absolutamente a nadie. En lugar de ¿que pretende ud de mi? hay que mostrar todo lo que pretende, con la cámara bien cerquita,  mas todo lo que nunca hubiese pretendido nadie, pero por las dudas que a algún loquillo se le ocurra, hay que hacerlo.  Explícito y descarnado. Hay que mostrarlo todo, todo, todo.
Lo que ayer fueron cosas de conventilleros, hoy es "pelea mediática".   Convertimos  lo que antes era un problema de alcoba, en un TALK SHOW, y no tenemos la menor duda del motivo por que tal actriz, abandonó a tal actor.    (es más,,creo que  él se lo merecía, mirá que va a usar esos calzoncillos tan ridículos, y además nunca se quiso operar el lunar de la nalga)          Hemos llegado a saber hasta los tamaños sexuales de la gente de TV, en qué piso factura vedetongas, y las poses sexuales elegidas de cada una... Incluso en cual de ellas piensa que es el/la mejor del mundo... Todo sumamente explícito, bien explicadito.
Tenemos que ser tan obvios, que  los nombres de los medicamentos que antes eran hasta difíciles de pronunciar, hoy tienen que explicar en el nombre la función y hasta la posología. Para bajar la fiebre,, BAJATEMP DIARIO,  TERMOFREN DOBLE ACCIÓN, para el dolor, CALMADOR, para la colitis NOCAC COMPUESTO, para la digestión LASTRATUTI o PROVECHIT FORTE, sólo faltan los preservativos a los que aún no le pusieron nombres obvios, por suerte.
Por eso mis amigos, disfruto tanto cuando hasta hace muy poquito, veía a mis hijos con sus 13 y 10 años viendo capítulos recontra repetidos de EL ZORRO, sin cuestionarle  porqué no tiene novia si ya está grandecito, si es pareja del sordo  o ¿cómo ningún tarado se dá cuenta que la voz y el bigotito, son idénticos a los de  Diego de la Vega? .  Y cuando decidían no estar un rato en la compu, para ver  al inolvidable HIJITUS de García Ferré, con la misma inocencia de cuando yo tenía su edad.   Es ahí cuando creo que algunas cosas afortunadamente, no han cambiado casi, casi, casi nada.
En buena hora y chucu chucu chucuuuuu....
Buenos días

Pirincho