sábado, 30 de abril de 2016

Resurrección Náutica


Bueno, bueno, bueno.  Acabo de ver que desde 2012 no ingresaba a mi querido y terapéutico blog.   Cuando comprobé esto, sentí como que  me decía, ¿a quien querés mas, a facebook o a mi?   No respondí, porque era una pregunta dura, y ameritaba una respuesta dura.
   Pero puesto a pensar en tanto abandono literario (si se me permite el exabrupto), creo decididamente que se debe a la llegada de un nuevo barco.   Nuevo en mi vida, ya que no es nuevo, y está en bastante mal estado.  Se diría que había iniciado un camino semi terminal, del que solo con mucho  amor, trabajo y dinero se puede llegar a desviar.   Obviamente que en mi caso, va a tener mucho de lo primero, casi con exclusividad.  Y, como soy de teclado fácil, empecé a atar cabos (nunca mejor utilizado el término) para saber porqué me produce este barco, todo lo que me produce. Y porque algunos otros no.  
Me gustan todos los barcos.  Algunos me gustan poco, y otros muchísimo.  Hay barcos a los que admiro, y otros me causan gracia.   Incluso según cuales, me excitan muchísimo, pero este en particular, no sé porque, siento que me sensibiliza.  Casi dije me enamora, pero no me animé.
Creo que si no hubiese escrito la palabra barco, bien podría estar hablando de la mujer, ya que siempre me pasó todo eso, y me gusta la comparación.
Asi es. Este patacho de madera, tiene una belleza intrínseca y un garbo, que el tiempo y el abandono no han podido borrarle.   Las millas que han pasado por su quilla le dan una presencia, y un encanto que bien recuerda a los rostros con arrugas de las damas bien vividas.
Y para no extenderme en esta comparación que viene tan emotiva como facilonga, concluiré con que lo recibí y ya hoy dormiré pensando en cuando esté sobre su cubierta y empiece a acariciar cada centímetro de su piel veteada (lo dije, venía fácil la metáfora)-
Pero bueno, es lindo sentir este tipo de cosas ante desafíos que a veces parecían no pertenecer mas a uno. Y es lindo volver a empezar  Asi que, querido blog, nos volvimos a encontrar, y nos van a sobrar  motivos, para que nos veamos mas a menudo, bajo la promesa de tratar de evitar los lugares comunes, y las metáforas de baja estofa,,
Buenos Vientos
Pirincho

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