sábado, 30 de abril de 2016

Resurrección Náutica


Bueno, bueno, bueno.  Acabo de ver que desde 2012 no ingresaba a mi querido y terapéutico blog.   Cuando comprobé esto, sentí como que  me decía, ¿a quien querés mas, a facebook o a mi?   No respondí, porque era una pregunta dura, y ameritaba una respuesta dura.
   Pero puesto a pensar en tanto abandono literario (si se me permite el exabrupto), creo decididamente que se debe a la llegada de un nuevo barco.   Nuevo en mi vida, ya que no es nuevo, y está en bastante mal estado.  Se diría que había iniciado un camino semi terminal, del que solo con mucho  amor, trabajo y dinero se puede llegar a desviar.   Obviamente que en mi caso, va a tener mucho de lo primero, casi con exclusividad.  Y, como soy de teclado fácil, empecé a atar cabos (nunca mejor utilizado el término) para saber porqué me produce este barco, todo lo que me produce. Y porque algunos otros no.  
Me gustan todos los barcos.  Algunos me gustan poco, y otros muchísimo.  Hay barcos a los que admiro, y otros me causan gracia.   Incluso según cuales, me excitan muchísimo, pero este en particular, no sé porque, siento que me sensibiliza.  Casi dije me enamora, pero no me animé.
Creo que si no hubiese escrito la palabra barco, bien podría estar hablando de la mujer, ya que siempre me pasó todo eso, y me gusta la comparación.
Asi es. Este patacho de madera, tiene una belleza intrínseca y un garbo, que el tiempo y el abandono no han podido borrarle.   Las millas que han pasado por su quilla le dan una presencia, y un encanto que bien recuerda a los rostros con arrugas de las damas bien vividas.
Y para no extenderme en esta comparación que viene tan emotiva como facilonga, concluiré con que lo recibí y ya hoy dormiré pensando en cuando esté sobre su cubierta y empiece a acariciar cada centímetro de su piel veteada (lo dije, venía fácil la metáfora)-
Pero bueno, es lindo sentir este tipo de cosas ante desafíos que a veces parecían no pertenecer mas a uno. Y es lindo volver a empezar  Asi que, querido blog, nos volvimos a encontrar, y nos van a sobrar  motivos, para que nos veamos mas a menudo, bajo la promesa de tratar de evitar los lugares comunes, y las metáforas de baja estofa,,
Buenos Vientos
Pirincho

martes, 22 de mayo de 2012

OTRA MOROCHA




Cuentito de AMOR OCHA.

Ella era La Morocha.
 Pongo allí un punto porque esa sola definición encierra todo lo que uno (o yo) imagina de una morocha. La recuerdo alta, o a lo mejor, hace casi 40 años yo era mas bajo, pero la recuerdo altísima. Tenía las piernas que en mi mejor sueño, había imaginado cual dos largos y torneados pedestales necesarios para sostener una cola espectacular. La cintura pequeña hacía que sus enormes pechos estallaran a la vista, con la firmeza propia de sus 18 años. Su cara, (por donde debí haber comenzado este relato) era la de la super morocha. Ojos grandes, pícaros y dulces a la vez, nariz pequeña y unos labios carnosos que no describo en detalle para no caer en ninguna letra de bolero.


Solía usar un vestido largo, que era moda en ese momento, entallado, de una tela que se pegaba al cuerpo, que hacía que cuando la veía correr sacudiendo el pelo hacia “la perica”, que era mi vehículo , a mi se me moviese todo. Si, cuando digo todo, era todo; corazón, estómago, piernas y estaciones intermedias.

Voy a tratar de definir a “la perica”, porque a pesar que la anterior descripción amerite una Ferrari de aquella época, no era así. La Perica era un rastrojero, cuya única particularidad era que como Cupido motorizado, tenía corazón. Así que cuando no arrancaba, nos bajábamos y se lo pedíamos entre todos. Entonces milagrosamente, volvía a darle arranque y funcionaba. O cuando no quería llegar arriba en la subida del Náutico, hacíamos un cantito tipo hinchada de fútbol y con el último aliento llegaba,,, si no lo hacíamos, había que volver marcha atrás e intentarlo nuevamente. Realmente, la morocha hubiese lucido muchísimo mejor, en un auto mas acorde, pero era lo que había.

¡Como besaba la morocha! Era una catarata de labios que caía sobre mi cara hasta dejarme sin aire. Nada mas mullido y contenedor que esa boca. Además combinaba dulzura con ferocidad, como para volarme los rulos en cada beso.

Teníamos sexo. Lo imagino buenísimo, aunque la verdad, lo que más recuerdo es que era mucho. Eso sí, mucho e inevitable cada vez que nos veíamos. Creo que era buen sexo, aunque convengamos que yo tenía 20 años, dos mas que ella, y a esa edad todo el sexo era bueno. Hoy, después de muchos años, uno siente exactamente lo contrario, era malisimo. Pero era el sexo de mis 20 años y la morocha lo acaparaba sobradamente.

Un dia se fue a vivir a Buenos Aires y esporádicamente la iba a visitar o ella venía y nos veíamos aunque ya con menos compromiso formal. Se había enfriado bastante la relación, porque yo seguía siendo joven y seduciendo todo lo que podía y ella también.

Pasaron unos cuantos meses sin vernos y un día el Flaco Martillero, un amigo como 15 años mayor que yo, me dice mientras tomábamos un café: ¿sabías que hicimos la colimba juntos?

No, ¿por?

Si, estuvimos en el mismo cuerpo..

Uhh,,, ahí me contó que él también hacía un tiempito que solía ir a Buenos Aires y veía a la morocha. Era lógico que hiciese su vida, pero no sé porque no me gustó la franqueza, aunque festejé el chiste como correspondía. Incluso me dijo que la Morocha le hablaba muy bien de mi. Carajo,, que alegría.

No recuerdo bien cuando perdí contacto con ella y no nos vimos mas, pero debe haber sido después de eso, y no supe más de ella.

Hace poco alguien me contó que la había visto, que estaba viuda y bien.

Por esas cosas de internet, una tarde la encontré en Facebook. Que alegría, cuantos recuerdos, era un pedazo interesante de mi vida. Me tenía muy presente, incluso se acordaba que una noche después de ….. (como ella escribió) yo paré la perica y le corté una rosa de un jardín. Un dulce el pibe y una memoriosa ella.

Charlamos tres o cuatro veces por internet, incluso una por teléfono.

Ella seguía teniendo dos años menos que yo, cosa totalmente previsible. Y yo soy un tipo mayorcito, aunque yo no lo crea. O sea que ella también es una señora mayor.

Descubrí en ese poquito tiempo, que estaba manejando su vida, rodeándose de un halo casi místico, y usaba la web para transmitir y recibir mensajes de amor, paz y frases hechas.

Y ahí estaba yo, en medio de la morocha sensual atómica que movía la cabeza de lado continuamente para que el pelo le golpeara insinuante la cara; y de ésta otra señora mayor, que hasta un día me demostró que había adquirido soberbia y una gran discapacidad humorística, que le destapaban un insipiente mal carácter. Digo insipiente porque no le dí oportunidad de que me mostrase mas.

Me despedí lo más educadamente que pude de la Señora mayor, para no hablarle nunca más y olvidarme que había cruzado algunas palabras con ella.

Lo hice rápido, muy rápido, rapidísimo, porque en mi mente estaba esperando aquella morocha de hace casi 40 años, calzada en su vestido largo color naranja, con un brazo apoyado en el techo de la camioneta. Obviamente no quería demorarme un minuto más, por miedo a que la Perica no arranque y me fuese a quedar sin llevarme a la morocha mas linda del mundo.
Pirincho

viernes, 30 de diciembre de 2011

FIN DE AÑO

OTRO AÑO MAS
Y como todo llega, el fin de año, de a poquito, también lo está haciendo. Un añito sacudido, comprometido, complicadito, pero no tan malo. Es cierto que, los que entramos a la edad en que ya aprendimos a levantar la tapa del inodoro solitos, sin que haga falta que nos lo griten; transitar y terminar el año, pasa por carriles distintos a los de los jóvenes, cuya única intención es salir a festejarlo, sin mucho balance que digamos.


En mi caso, gracias a mi apego a los valores esenciales y no al oropel vano (léase seco resignado), tengo mas cosas buenas que de las otras. Además uno le encuentra el lado positivo hasta al juanete, porque empieza a ver que las balas pican al ladito, y supone que su baraja está cada vez mas cerca de la boca del mazo. O sea que, para decir que fue un año malo, tiene que haber sido realmente malo, malísimo. Caso contrario, como en las maratones en las que largan miles y miles, lo importante a fin de año es haber llegado, que no es poco.

Ya van varios fines de año en los que lo primero que me embarga es el desconcierto. Sobre todo a la hora del arbolito, y sus regalitos. Porque por ejemplo mi mujer, condenada desde hace años a la bombacha rosa de dudoso gusto y calidad porque la compro yo, empieza a hablar de prendas que yo ni sabía que existían. Con unos nombres afrancesados (creo) imposibles de recordar para alguien que se quedó en el batón y el pantalón acampanado. Por lo tanto, y ante la duda, este año una vez mas, terminó ajusticiada con un calzón rosa, que encima debe ponerse esa noche, con los siguientes agravantes:

Primero que a la hora de abrir los regalitos, ya está bañada y obviamente con bombacha puesta.

Y segundo que ni loca se pone una ropa interior nueva, sin lavarla antes.

Así que tanto como para mantener la tradición y evitar tener que ponerme la bombacha en la cabeza a mí, por la cara de traste, se la encima a la que ya tiene por unos minutos, y vivamos la fiesta en paz

Otro tema no menor, son precisamente ellos, los menores. En mi caso tienen 15 y 12. Se descuelgan en la cartita, con unos términos en inglés, incomprensibles, indescifrables, que luego de un buen rato y con asesoramiento de amigos (míos y sobre todo de ellos) descubro que esos casi jeroglíficos, son aparatos y juegos electrónicos, que encima de todos los males, son cada vez mas chiquitos, y mas caros. Y uno que es de la época en que la mayoría de las cosas para ser mas caras, tenían que ser mas grandes, no puede evitar sentirse estafado ante esas miniaturas.

Pero el arbolito se arma, los paquetes pueblan su base, y yo me empiezo a quedar mas tranquilo cuando aparece alguna bolsa de cartón con marca de negocio de hombre, que me augura remera, camisa o una buena bermuda.


En próximas entregas haré una detallada reseña de mi Navidad y Año Nuevo. Por el momento es sólo esto y viendo los ajustes que están haciendo mas los que están augurando, lo único que se me ocurre para el AÑO NUEVO, es sacarle el techito a la Ñ, y que quede convertida en N, que seguramente va a hacernos falta.

Fecidades.
Pirincho

viernes, 26 de agosto de 2011

EN-TREN tenimiento




Hace algunos días, escuché por la radio local, algo sobre intenciones de restaurar de algún modo útil, la postmenemista abandonada , estación de trenes. A decir verdad cambiaría el término restaurar por reivindicar que me parece mas apropiado.


Vinieron a mi mente recuerdos, situaciones, anécdotas. Convengamos que, como todos saben, y los que no, se los informo, soy de la época en que en mi pueblo paraban 14 trenes por día, si mal no recuerdo, y todos o casi todos los que no viajábamos en auto en ese momento, lo hacíamos indefectiblemente en tren, ya que los pocos ómnibus que llegaban, por diversas razones, eran muy caros (y siguen siéndolo, aunque Moyano opine y obligue a opinar distinto). La Estación era un lugar con vida propia. Por momentos se llenaba de taxis, autos particulares, camionetas, gente, y luego del arribo o la partida, se despejaba en minutos, pero quedaba allí, su kiosko abierto y siempre algo de movimiento.     Mas allá de lo que significaba en términos de transporte y vida ciudadana, mis recuerdos viajan por esos rieles ( venía re-fácil, tenía que decirlo) a una parte de todo esto.

El tren era, más que un medio de transporte, un acontecimiento social. Solía ser bastante común cuando yo era mozuelo, que el paseíto dominguero de la "gente grande", fuese venir a tomar unos mates dentro del auto en el solcito o sombra según la época, a la estación.   Entonces, además de ver quién se iba y quién volvía, se podía saludar a muchos que a lo mejor de otro modo, no se los veía frecuentemente. Y no solo a los que viajaban se podía reportear; porque un rato antes de llegar o partir cada tren, había otro montón de gente, que seguramente era conocida, que venía a despedir o recibir familiares o amigos. Ahí los encontrábamos y encima con tiempo para charlar, porque por lo general el tren venía atrasado. Así que, sin costo ni esfuerzo alguno, se duplicaba o triplicaba la posibilidad de saludar gente, y conversar un rato con amigos ya consolidados o hacer algunos nuevos. Y les digo más, en las despedidas se lloraba; ¡si Señor!, en muchos casos se lloraba, porque Bs As no estaba a un paso o un ratito como ahora. Las distancias eran mayores, los tiempos eran otros y en general no se iba y venía “en el día” como hoy. En esas épocas estábamos mas tiempo en contacto familiar y amistoso, así que seguramente al viajero, se lo iba a extrañar y eso ameritaba una explícita lágrima en la despedida.

Cuando nos tocaba ser pasajeros de esas encantadoras moles de acero (es al cuete, no puedo resistirme a esas frases), se daban varias situaciones posibles. Explico algunas. Uno de los trenes muy utilizados para viajar hacia Bs As era el de las 4 de la mañana, porque entre pitos y humo llegaba a eso de las siete y vaya uno a saber cuanto, horario cómodo si los hay. Era ahí cuando uno semblanteaba en la estación y veía quiénes viajaban, para que te tocase alguien al lado, que fuese “del palo” como nosotros y viniese sin dormir, para apoliyar a pata revoleada. Tristísimo si encontrabas a alguna persona mayor, amiga de la familia que, como tenía que viajar, se había acostado a las 8 de la noche, había dormido bien y tenía cuerda como para hacer andar el tren sin locomotora. Y te hablaba y hablaba todo el viaje. Una de las formas más fáciles de saber si el tipo había dormido, para ver si había que escabullirse o no, era si al igual que yo, decía “buenas Noches” o mandaba un Buen Dííía, despiertísimo. Así que si era así, y nos lo cruzábamos en el andén sin poder evitar el saludo, después había que tener velocidad para buscar asiento en el vagón queVENÍA SIN LUCES (alabado sea Ferrocarriles Argentinos),,Ese sí, que era un verdadero coche dormitorio.

Habría varias fortunas más que podían darse en ese horario, como el hecho de encontrar un asiento de 3 vacio, para acostarte a lo largo, por lo menos hasta Zárate o Campana, ya que ahí se empezaba a llenar y alguien te sacudía para que te sentaras derecho, pero igual, ya teníamos horita y media dormida como en casa.

En cambio, si el tren a abordar era diurno, el semblanteo en la plataforma del andén se hacía igual de exhaustivo, pero con otros intenciones. El comerciante, buscaba gente de negocios; algunas señora, iban por amigas, el chacarero, datos agrícolas diversos, pero los que en esa época éramos jóvenes, y el equipaje mas voluminoso que llevábamos era la testosterona, las minitas. Porque si un bombón que conocíamos, nos quedaba en el asiento de al lado o enfrente, teníamos 3 horas o más, para mostrar nuestra capacidad de seducción y nuestros bajos instintos, que en general eran mucho mas bajos que los del bomboncito viajero. Ah!! y encima si se te daba, bajabas en BsAs, con ella y en terreno neutral… Podía ser un éxito absoluto.

El tren ofrecía también, la posibilidad de caminarlo de punta a punta, y dar con el objetivo que no se había podido conseguir en el andén: aunque ahí era probable, que fuese tarde o mucho mas complicado, por aquello de que el buey lento, toma el agua turbia.

A medida que escribo vienen a mí, infinidad de recuerdos. El tren “Tucumano” con sus pasajeros tan distintos a los de los trenes “locales”. El Guarda, que merecería un capítulo aparte. El tren de las 6 con las maestras que iban a trabajar a Lima o Campana, anque Escobar y Garín algunas, y todas volvían a la noche. Los comisionistas, con sus paquetones que podían contener desde un papelito, hasta una rueda de tractor.

Rememoro algunas cosas como si fuesen parte de una película increíblemente hermosa que vi hace años, me pregunto si los ingenieros del mundo, podrán aplicarle a los modernos trenes bala, toda esta magia.

Nunca antes había pensado cuanto tren tenemos dentro, los pueblerinos mayorcitos, y me parece ver alguna sonrisa de aprobación. Hoy, que vivimos a una velocidad asombrosa en todos los sentidos de esta frase, y que cada vez saludamos menos, resulta un verdadero soplo de aire fresco, recordar lo que se vivía alrededor y dentro esos trenes. Incluso cuantos famosos de todo orden, subieron alguna vez en una Estación de pueblo, a encontrarse con grandes destinos.
   Sus vagones, fueron una parte importante de nuestra vida, y ocurríeron situaciones de todo tipo a bordo de ellos, A propósito, ¿puede ser que haya sido ud, quien venía con alguien, dos o tres asientos delante de mí, en un vagón sin luz, aquella vez?.....

Pirincho

jueves, 11 de agosto de 2011

UN HORIZONTE DE ROJOS..


Cuando ya se ha gastado bastante vida, los sueños suelen devolvernos un vuelto, que alguna vez se habían quedado ,,, 
Pirincho

miércoles, 29 de junio de 2011

A VECES SER MUJER CUESTA UN HUEVO...... O MÁS.

            Con la facilidad que me caracteriza para meterme en situaciones,  lugares, charlas, etc. de las que luego me cuesta muchísimo salir, decidí alegremente ingresar al tema que voy a intentar entender hoy.   Ësto, no sin la ayuda de quien pueda saber algo al respecto.
Comienzo aclarando que soy ferviente defensor de los derechos humanos de todos.   Espero con el DE TODOS, haber dejado bien clara mi posición al respecto.  Tambien aclaro que jamás fuí homofóbico ni nada que se le parezca.  Mi posición fué siempre que todo lo que ocurra a mas de 20 cm de mis nalgas, no me preocupa.(Afortunadamente, nunca apareció nadie con malas intenciones, que además superase esa medidaFl, ya que me la hubiese visto en figuritas). 
Todo este preámbulo viene a cuento, que leí que Flor de la V se casó por civil. ¡¡fantástico!!       Creo que es sumamente importante que las parejas del mismo sexo, gocen (si se me permite el término) de un marco legal que contenga sus uniones, y sobre todo aseguren su futuro, tal cual lo hace la ley con cualquier pareje heterosexual.  Hasta ahí, bárbaro.
Lo que me movió a la reflexión, fue que en un lugar de la noticia, decía "haciendo uso de su nuevo DNI, donde figuraba como mujer".
              Tengo entendido que Flor no es transexual, ni fué operada de sus genitales en ningún momento.   Incluso creo que fué ella misma quien dijo en un reportaje, que no tenía intenciones de operarse "aquello".
Entonces, ¿que es lo que determina el sexo de una persona?  ¿Su elección de con quien intimar? ¿su vestimenta?  ¿o el pitilín?  Porque supongamos que  un día  Flor, decide vestirse como un varón, llamarse Pedro y salir por ahí; seguramente le costaría mucho menos convencer que lo es, porque ...tiene pito, barba, etc, etc.
Sigo aclarando que no estoy poniendo en tela de juicio la elección sexual, sino con qué elementos mide la identidad de una persona nuestro país. O mejor dicho, ¿cuales son los requisitos para ser hombre o mujer en nuestra ley?
            Supongamos que  un varón primero saca un duplicado de su DNI, y luego entrega el original para cambiar su identidad por la femenina, ¿puede tener dos identidades legales, ya que eventualmente demostrar que es un varón, con su viejo DNI y todo lo que puede mostrar, le sería sencillísimo? Y a los pocos días, puede volver a ser una señora,,, ¡¡¿¿??!!!
            Creo que la sexualidad es una elección, pero la identidad lo es cuando hay una ferviente vocación, por llamarla de algún modo, y sobre todo que, así como entrega su DNI masculino para recibir uno femenino, haga lo mismo en el quirófano con sus genitales.
            Supongo que debe haber casos en los que genéticamente conviven en una persona los dos sexos, pero eso es harina de otro costal. Mi observación va hacia quienes tienen todos los elementos necesarios y aptos para ser de un sexo y eligen el otro (cosa que no veo mal, desde ningún punto de vista), pero no modifican su estructura física en absoluto.
            Convengamos también que elecciónes sexuales de los varones hay varias, parecidas pero distintas a la a vez, y ud puede ser héterosexual, homosexual, gay, travesti, mariquita, etc . Y hasta ahí Ud sigue siendo un varón con una libre elección sexual que Dios se la guarde (a la elección, digo).  Pero para cambiar su Identidad, ud tiene que ser transexual, lo cual indica que además de cambiar sus gustos sexuales, ud quiere cambiar su Identidad ante el Registro Nacional de las Personas.          Y ni pensar en las cuestiones jurídicas que un cambio de DNI significan porque ya se me iría por completo, de las manos el tema.
A lo mejor estoy regando fuera de la maceta, y en el nuevo documento de identidad, lo único que cambia es el nombre y en la parte de sexo, dice M, en lugar de F y yo elaboré todo ésto en vano, pero creo que no.
Seguiré investigando el tema, y mientras tanto, tengan presente mis acreedores siempre dispuestos a romperme el alma, que si siguen molestandome con eso de "pagame o te rompo la jeta"; que  mañana nomás, puedo sacar un DNI femenino, y serán muy mal vistos pegándole a una dama, che.
Calma muchachos, era una jodita nomás.  Por el momento, prefiero pagarles nomás.
Buenas tardes
Pirincho

jueves, 21 de abril de 2011

Me declaro CULPADRE !!!

Podría empezar este escrito, diciendo...¡que difícil es se padre o madre? . Y realmente no sólo que no habría descubierto nada, sino que es una de esas frases, que por su obviedad y propio peso, agobia. Pero la verdad que es difícil en serio.  Y ´si bien cada edad (de los tiernos párvulos) tiene su grado de dificultad, vista desde el lado de papá o mamá, hay algunas en las que los hijitos, se ponen casi indescifrables. Y es allí donde uno debe sacarse toda la sangre de las venas, inyectarse alguna bebida fría, finamente gasisficada, contar hasta aburrirse y luego tomar alguna decisión.
Pero sin entrar más en lugares comunes, y frases comunes, no hace falta aclarar nada, para saber que tanto mis hijos, como los suyos, son también comunes, y es  común que pasen cosas complicaditas, como las que pasan y que uno tenga que tomar alguna medida punitoria, como para "no dejarle pasar ésta!!!   Y ahí es precisamente donde quería llegar, a la medida punitoria, también conocida como castigo, o reprimenda. Pongámonos de acuerdo en que estoy hablando de las faltas, contestaciones, desobediencias, retobos, comunes de todos los hijos, no de cosas terriblemente graves, que por suerte ni sus hijos, ni los míos cometen (¡¿?!)
He pasado desde la charla y/o sermón, hasta el contundente coscorrón o tirón de algo, preferentemente la oreja o el pelo. Todo esto cargado de una marcada agresividad, simulando haber perdido todos los frenos, y ser capaz de matar a alquien.   Bien, o me sentí como un idiota recitandole rimas de Becker al oído a un rinoceronte durmiendo, o me sentí un energúmeno, golpeador, violento etc. etc. con la correspondiente culpa, un rato largo.
Hete allí que decidí, ser un padre mas normal, y manejar las penalidades, con la play, la tele, saliditas con amigos/as y los deportes.  Mi esposadocenteprofesoradeeducaciónfisíca me sugirió (con eso me basta, obvio) que lo de prohibirle deportes no era de lo mejor que se me había ocurrido, así que rápidamente lo borré de la lista de castigos.  Quedé entonces con la play, las salidas y la tele que no es poco.   Una semana, dos semanas, hasta ha habido "faltas" (para no entrar en detalles) que llegaron al mes de suspención.
Parecía bárbaro al comienzo, pero hilando finito, empecé a notar algo en mí, y en ellos, que me convenció de lo bueno que era volver al amague de sopapo, y/o coscorrón, anque la patadita en el traste que en el caso de los varones tiene una cuota de orgullo herido, que da sus frutos. Aclaremos que siempre seguido al rato, por la correspondiente charla, acerca de los motivos, y como se debió actuar, sus ventajas, y demás aclaraciones. Y seguramente al otro día, iremos a pescar juntos.  Esto contra la supresión de diversiones y paso a explicar los motivos, tanto como para ver si algún sufrido padre o madre, comparte conmigo la tesis.
El coscorrón o tirón de pelo, tiene grandes virtudes contra lo animalesco que uno parezca. Una de ellas, y creo que la más importante, es la  resolución instantánea. Delito, juicio, sentencia, pena y cumplimiento, todo en no mas de dos o tres minutos.   De allí en mas, se empiezan a bajar las tensiones, de ambos lados y en mucho menos de una semana, todo volvió a la anormalidad de todos los días. En cambio el otro castigo, sin agresión aparente, tiene cargada una crueldad enorme.  Y me genera una sensación de verdugo, disfrutando (cosa que no hago para nada) de su víctima.   Y ahí sí veo a las bestias que mas amo en el mundo, como víctimas del castigo QUE YO ELEGÍ.   Porque al día siguiente o al otro de cometido el pecadillo, a mí (y a ud también, seguro) se me pasó la bronca, incluso no lo veo tan grave como cuando ocurrió, y la pena sigue, y a la semana en que ya quedó la travesura en el olvido, la pena sigue, y sigue, y falta una semana...  Un horror.
Por otra parte, al mocosito de marras, también se le olvidó el motivo, y la pena sigue, y sigue.  Porque en el momento de haber cometido la macana, él tiene su culpa y lo sabe, y está un poco de acuerdo en la pena, pero a los dos o tres días, en que la pena sigue y sigue, ya lo siente como una injusticia. Incluso yo lo siento así, pero claro, si me la paso levantando penas a los cuatro días, ¿de que sirvió?.  Y fíjensé que de a poquito, con este castiguito mas suave, ya me estoy sintiendo, cruel, injusto, y déspota, cosa que con el intantáneo bifesito, ni ahí. Y en ese momento los dos entendimos que si bien fué fuertecito, ameritaba el coscorrón.
Entonces sufrido y culposo padre o madre que lee estas líneas, abandone un poco el yoga, el reiki, cómprese guantes de boxeo y practique que puede ser útil a la hora de criar hijos.
Buenas noches
Pirincho (con p de Piaget)