jueves, 21 de abril de 2011

Me declaro CULPADRE !!!

Podría empezar este escrito, diciendo...¡que difícil es se padre o madre? . Y realmente no sólo que no habría descubierto nada, sino que es una de esas frases, que por su obviedad y propio peso, agobia. Pero la verdad que es difícil en serio.  Y ´si bien cada edad (de los tiernos párvulos) tiene su grado de dificultad, vista desde el lado de papá o mamá, hay algunas en las que los hijitos, se ponen casi indescifrables. Y es allí donde uno debe sacarse toda la sangre de las venas, inyectarse alguna bebida fría, finamente gasisficada, contar hasta aburrirse y luego tomar alguna decisión.
Pero sin entrar más en lugares comunes, y frases comunes, no hace falta aclarar nada, para saber que tanto mis hijos, como los suyos, son también comunes, y es  común que pasen cosas complicaditas, como las que pasan y que uno tenga que tomar alguna medida punitoria, como para "no dejarle pasar ésta!!!   Y ahí es precisamente donde quería llegar, a la medida punitoria, también conocida como castigo, o reprimenda. Pongámonos de acuerdo en que estoy hablando de las faltas, contestaciones, desobediencias, retobos, comunes de todos los hijos, no de cosas terriblemente graves, que por suerte ni sus hijos, ni los míos cometen (¡¿?!)
He pasado desde la charla y/o sermón, hasta el contundente coscorrón o tirón de algo, preferentemente la oreja o el pelo. Todo esto cargado de una marcada agresividad, simulando haber perdido todos los frenos, y ser capaz de matar a alquien.   Bien, o me sentí como un idiota recitandole rimas de Becker al oído a un rinoceronte durmiendo, o me sentí un energúmeno, golpeador, violento etc. etc. con la correspondiente culpa, un rato largo.
Hete allí que decidí, ser un padre mas normal, y manejar las penalidades, con la play, la tele, saliditas con amigos/as y los deportes.  Mi esposadocenteprofesoradeeducaciónfisíca me sugirió (con eso me basta, obvio) que lo de prohibirle deportes no era de lo mejor que se me había ocurrido, así que rápidamente lo borré de la lista de castigos.  Quedé entonces con la play, las salidas y la tele que no es poco.   Una semana, dos semanas, hasta ha habido "faltas" (para no entrar en detalles) que llegaron al mes de suspención.
Parecía bárbaro al comienzo, pero hilando finito, empecé a notar algo en mí, y en ellos, que me convenció de lo bueno que era volver al amague de sopapo, y/o coscorrón, anque la patadita en el traste que en el caso de los varones tiene una cuota de orgullo herido, que da sus frutos. Aclaremos que siempre seguido al rato, por la correspondiente charla, acerca de los motivos, y como se debió actuar, sus ventajas, y demás aclaraciones. Y seguramente al otro día, iremos a pescar juntos.  Esto contra la supresión de diversiones y paso a explicar los motivos, tanto como para ver si algún sufrido padre o madre, comparte conmigo la tesis.
El coscorrón o tirón de pelo, tiene grandes virtudes contra lo animalesco que uno parezca. Una de ellas, y creo que la más importante, es la  resolución instantánea. Delito, juicio, sentencia, pena y cumplimiento, todo en no mas de dos o tres minutos.   De allí en mas, se empiezan a bajar las tensiones, de ambos lados y en mucho menos de una semana, todo volvió a la anormalidad de todos los días. En cambio el otro castigo, sin agresión aparente, tiene cargada una crueldad enorme.  Y me genera una sensación de verdugo, disfrutando (cosa que no hago para nada) de su víctima.   Y ahí sí veo a las bestias que mas amo en el mundo, como víctimas del castigo QUE YO ELEGÍ.   Porque al día siguiente o al otro de cometido el pecadillo, a mí (y a ud también, seguro) se me pasó la bronca, incluso no lo veo tan grave como cuando ocurrió, y la pena sigue, y a la semana en que ya quedó la travesura en el olvido, la pena sigue, y sigue, y falta una semana...  Un horror.
Por otra parte, al mocosito de marras, también se le olvidó el motivo, y la pena sigue, y sigue.  Porque en el momento de haber cometido la macana, él tiene su culpa y lo sabe, y está un poco de acuerdo en la pena, pero a los dos o tres días, en que la pena sigue y sigue, ya lo siente como una injusticia. Incluso yo lo siento así, pero claro, si me la paso levantando penas a los cuatro días, ¿de que sirvió?.  Y fíjensé que de a poquito, con este castiguito mas suave, ya me estoy sintiendo, cruel, injusto, y déspota, cosa que con el intantáneo bifesito, ni ahí. Y en ese momento los dos entendimos que si bien fué fuertecito, ameritaba el coscorrón.
Entonces sufrido y culposo padre o madre que lee estas líneas, abandone un poco el yoga, el reiki, cómprese guantes de boxeo y practique que puede ser útil a la hora de criar hijos.
Buenas noches
Pirincho (con p de Piaget)

1 comentario:

  1. Querido Pirincho: falta en su escrito la opiniòn de una PPPPsicòloga y de una PPPsicopedagoga para complicar las situaciòn. Y así usted podrá sentirse màs bestia y màs inùtil como padre, màs culpable y màs perdido tambièn. No sè còmo corno hacìan nuestros padres que con solo mirarnos alcanzaba. Con los castigos de hoy pasa que finalmente uno les prohibe tantas cosas que se olvidan de cuàl era el motivo. "No puedo salir, ni jugar a la Play, ni mirar la tele, ni ir a fùtbol, pero la verdad es que no me acuerdo porquè". Y no sirve como escarmiento porque el hijoeputa no tiene ni idea de porquè se lo està castigando. Al menos usted lo reconoce y no es como otros que tieneunhijoqueesunamaravilla, igual que el arquero del cantito. Esa maravilla de pergeño se baña, estudia, no contesta mal ni tira las medias roñosas entre las remeras limpias. Una pinturita, sì señor.
    Como consuelo, sè que nos acordaremos con una sonrisa cuando sean màs grandes, pero los muy turros nos van a ir a ver al geriàtrico de mierda que nos eligieron, y nos van a saludar desde afuera haciendo Chiva Chiva. Estamos perdidos.
    Morocha

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